Qué interesante este tema. El titular del NYT es, además, redondo.
Me gustaría preguntaros una cosa: ¿creéis que vamos hacia un modelo de sociedad más anglosajón, menos basado en la familia? ¿Que la falta de un vínculo tan fuerte en las relaciones familiares como son los nietos nos llevará al típico "nos vemos una vez al año en Acción de Gracias"?
Cuando yo era pequeña (allá en el Pleistoceno), mis abuelos venían a casa prácticamente todos los días, entre otras cosas para ayudar a cuidarnos. Hoy no hay nietos en mi familia y, por tanto, no hay necesidad de compartir tantas horas ni de encontrarse tan a menudo. Como consecuencia, convivimos menos.
Yo creo que parte del cambio, tanto el hecho de que las familias sean más pequeñas, como el de que no se vea tan a menudo a los abuelos, tiene más que ver con el cambio en la libertad individual. Si echamos un vistazo 50 años atrás, todos estábamos mucho más encorsetados por las imposiciones sociales que te "forzaban" a seguir un modo de vida establecido y difícilmente podías desviarte de aquello que se esperaba de ti. Esa era la razón por la que muchos se casaban, por la que muchos tenían hijos y por la que estabas "obligado" a realizar esas visitas habituales a la familia.
Con una creciente libertad individual, no es que rechacemos ese modo de vida anterior, pero sí que compite con las preferencias personas de cada individuo, lo que lleva inevitablemente a familias algo más pequeñas y con relaciones algo más distantes. Quizá nos estemos acercando a ese modelo anglosajón, pero creo que la cultura todavía nos pesa y nos seguirá pesando durante muchas décadas. Quizá yo ya no vea a mis padres todos los días, pero aún los llamo todos los días para ver qué tal andan.
Supongo que también influyen los cambios tecnológicos (que nos permite estar físicamente más lejos, aunque todavía con cierta cercanía).
Es una gran pregunta, Anuska, y coincido con Miguel en la respuesta. Creo que al final se trata de una predominancia de lo individual. Las generaciones más jóvenes probablemente no hayamos convivido con un modelo de familia como el anterior: somos menos hermanos, familias más pequeñas, etc. La sociedad en sí no está configurada para lo comunitario, sino más hacia lo individual, sobre todo en el consumo. Y eso, y otras muchas cosas, también afecta a la situación familiar
Buen artículo, abuelos sin nietos puede ser otro de los síntomas de la tendencia a la individualización de la sociedad. Me parece que cada vez más el individuo es el centro de todo, en detrimento del grupo (sociedad). Tener hijos debería estar siempre en el grupo de mejores opciones vitales a elegir, pero me parece que, esta opción cada vez más va formando menos parte de ese grupo.
Muy interesante. A mí me parece tristísimo que las ciudades se queden sin parques donde los niños puedan jugar, gritar y explorar (por cierto, si los parques son lo suficientemente grandes, caben niños y perros, así que todos contentos): la alternativa es que se pasen la vida en espacios cerrados (del colegio a casa y tiro porque me toca) donde el juego es mucho más limitado. Y se es niño, sobre todo, para jugar. Encima, los parques (cuando más grandes mejores, erre que erre), son buenos para todos. Más árboles -menos coches, más calidad del aire- y, también, más espacios donde quedar con amigos / familia / lo que se tercie a charlar tranquilamente sin necesidad de consumir, etc. Pero, por lo que sea, vamos a lo contrario.
Qué interesante este tema. El titular del NYT es, además, redondo.
Me gustaría preguntaros una cosa: ¿creéis que vamos hacia un modelo de sociedad más anglosajón, menos basado en la familia? ¿Que la falta de un vínculo tan fuerte en las relaciones familiares como son los nietos nos llevará al típico "nos vemos una vez al año en Acción de Gracias"?
Cuando yo era pequeña (allá en el Pleistoceno), mis abuelos venían a casa prácticamente todos los días, entre otras cosas para ayudar a cuidarnos. Hoy no hay nietos en mi familia y, por tanto, no hay necesidad de compartir tantas horas ni de encontrarse tan a menudo. Como consecuencia, convivimos menos.
Yo creo que parte del cambio, tanto el hecho de que las familias sean más pequeñas, como el de que no se vea tan a menudo a los abuelos, tiene más que ver con el cambio en la libertad individual. Si echamos un vistazo 50 años atrás, todos estábamos mucho más encorsetados por las imposiciones sociales que te "forzaban" a seguir un modo de vida establecido y difícilmente podías desviarte de aquello que se esperaba de ti. Esa era la razón por la que muchos se casaban, por la que muchos tenían hijos y por la que estabas "obligado" a realizar esas visitas habituales a la familia.
Con una creciente libertad individual, no es que rechacemos ese modo de vida anterior, pero sí que compite con las preferencias personas de cada individuo, lo que lleva inevitablemente a familias algo más pequeñas y con relaciones algo más distantes. Quizá nos estemos acercando a ese modelo anglosajón, pero creo que la cultura todavía nos pesa y nos seguirá pesando durante muchas décadas. Quizá yo ya no vea a mis padres todos los días, pero aún los llamo todos los días para ver qué tal andan.
Supongo que también influyen los cambios tecnológicos (que nos permite estar físicamente más lejos, aunque todavía con cierta cercanía).
Un tema muy interesante, sin duda!
Es una gran pregunta, Anuska, y coincido con Miguel en la respuesta. Creo que al final se trata de una predominancia de lo individual. Las generaciones más jóvenes probablemente no hayamos convivido con un modelo de familia como el anterior: somos menos hermanos, familias más pequeñas, etc. La sociedad en sí no está configurada para lo comunitario, sino más hacia lo individual, sobre todo en el consumo. Y eso, y otras muchas cosas, también afecta a la situación familiar
Buen artículo, abuelos sin nietos puede ser otro de los síntomas de la tendencia a la individualización de la sociedad. Me parece que cada vez más el individuo es el centro de todo, en detrimento del grupo (sociedad). Tener hijos debería estar siempre en el grupo de mejores opciones vitales a elegir, pero me parece que, esta opción cada vez más va formando menos parte de ese grupo.
Yo también lo creo, Gerard! También es comprensible dado el contexto
Soy uno de esos posibles abuelos (al paso que voy, quién sabe) y sí, me da pena. Quizás por razones egoístas... Gracias por escribirlo
A ti por leer, Ignacio
Muy interesante. A mí me parece tristísimo que las ciudades se queden sin parques donde los niños puedan jugar, gritar y explorar (por cierto, si los parques son lo suficientemente grandes, caben niños y perros, así que todos contentos): la alternativa es que se pasen la vida en espacios cerrados (del colegio a casa y tiro porque me toca) donde el juego es mucho más limitado. Y se es niño, sobre todo, para jugar. Encima, los parques (cuando más grandes mejores, erre que erre), son buenos para todos. Más árboles -menos coches, más calidad del aire- y, también, más espacios donde quedar con amigos / familia / lo que se tercie a charlar tranquilamente sin necesidad de consumir, etc. Pero, por lo que sea, vamos a lo contrario.